sábado, 9 de abril de 2011

Darwinismo moderno

   
Padecemos hoy día, un tedioso y serio problema económico. Económico por nombrar una de las virtudes de esta época que nos ha tocado vivir, y de la que ínfimas generaciones se libran, por suerte, o por desgracia. Todo proceso histórico, político, económico o de lo que sea, fuere de la índole que fuere, tiene su parte de ventaja y su parte de inconveniente. Incluso ésta que vivimos actualmente. El único impedimento que nos impide sacar lo bueno, (que por inercia humana, es hacia donde primero atajamos) somos nosotros. Hemos de fijar nuestra atención en lo malo, pues es ahí donde se encuentra verdaderamente el jugo de lo dulce. A veces las naranjas pequeñas son mucho más sabrosas y gustosas que una grande y brillante.
Mi dilema no es ese, porque hacer ver a una persona que debe fijarse en lo malo para aprovechar y sacar lo bueno de la coyuntura es algo digno del suicidio por su parte. Y no es esa la cuestión, por supuesto. A su vez es algo laborioso y complicado, ya que a la gente le cuesta poner un poco de su parte, para bien. Estamos llegando a una lucha entre iguales. Una lucha por la supervivencia, como si de un programa televisivo se tratase. Un reality show, vamos.