sábado, 9 de abril de 2011

Darwinismo moderno

   
Padecemos hoy día, un tedioso y serio problema económico. Económico por nombrar una de las virtudes de esta época que nos ha tocado vivir, y de la que ínfimas generaciones se libran, por suerte, o por desgracia. Todo proceso histórico, político, económico o de lo que sea, fuere de la índole que fuere, tiene su parte de ventaja y su parte de inconveniente. Incluso ésta que vivimos actualmente. El único impedimento que nos impide sacar lo bueno, (que por inercia humana, es hacia donde primero atajamos) somos nosotros. Hemos de fijar nuestra atención en lo malo, pues es ahí donde se encuentra verdaderamente el jugo de lo dulce. A veces las naranjas pequeñas son mucho más sabrosas y gustosas que una grande y brillante.
Mi dilema no es ese, porque hacer ver a una persona que debe fijarse en lo malo para aprovechar y sacar lo bueno de la coyuntura es algo digno del suicidio por su parte. Y no es esa la cuestión, por supuesto. A su vez es algo laborioso y complicado, ya que a la gente le cuesta poner un poco de su parte, para bien. Estamos llegando a una lucha entre iguales. Una lucha por la supervivencia, como si de un programa televisivo se tratase. Un reality show, vamos.


Nuestro hábitat natural pasó de ser la selva y cuyos únicos enemigos teníamos a los dichosos animales que no se dejaban cazar. Posteriormente, pasamos a evolucionar y a crecer genéticamente, para convertirnos en seres que esperaban sentados al animal, no iban corriendo tras él. Hoy en día, no cazamos animales, pero como seres vivos, con genes y mutaciones, y esas cosas, seguimos teniendo ese fisquito de prehistoriedad en nuestro ADN. Ahora, nos empeñamos en que seguimos teniendo que cazar a alguien o a algo para poder sobrevivir. Y ese algo somos nosotros mismos. No nos cazamos a nosotros mismos por supuesto, sino a los individuos de nuestra misma especie, que tanto daño nos hemos hecho.
Sufrimos hoy en día, lo que en mi opinión sería una especie de involución darwiniana. Una lucha por la supervivencia, basada en el enfrentamiento con nuestros iguales, para volver a nuestros orígenes, tarde o temprano e inevitablemente.
Volveremos a nuestros orígenes salvajes. Insultos, peleas, discusiones, guerras y destrucción. Lamentablemente, mucho más tontos y estúpidos que en nuestros orígenes.
Como dijo el gran Albert Einstein "No sé con qué armas se luchará en la tercera Guerra Mundial, pero sí sé con cuáles lo harán en la cuarta Guerra Mundial: arcos y flechas".

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